Pobre Miguel
La pereza del ebrio, parecía acechar la mente del hombre inteligente que alguna vez fue, antes de encontrar a su mujer con quien simulaba de ser su mejor amigo. Anestesiando su cerebro, para no reflexionar, ¿pensar? Mucho peor que un suicidio. Ahogaré mi vida en este tetra brick. Mis 2,10 mejor invertidos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario