1/8/07

Día impar

Tenés 15 minutos, necesitás mínimo 30, pero antes tenés que pasar por el baño que está cupado. Llueve, corrés hacia tu auto, la rueda está pinchada. Vas a la parada del colectivo, tarda mucho y tu vejiga está a punto de estallar, te retorcés, apretás tus piernas, pegás saltitos sin despegarte del suelo, hasta intentas hacer sumas de tres cifras. Te ocultás como podes y vas entre unos árboles. Tu felicidad es directamente proporcional a la cantidad de líquido que vas eliminado, de hecho no te sentías así desde la última vez que viste a la Coca Sarli. Volvés a la garita y recién ahí advertís a una señora que te mira con la peor cara de Biasatti. Pasa un auto por un charco y casi el 80% de ese agua va a tus ropas y para colmo la vieja esquivó el otro 20%. Subís al colectivo y estás tan demacrado, que hasta las embarazadas y las viejas se levantan para ofrecerte el asiento. Llegás 2Hs tarde y estás seguro que con esto las gestiones de la conquista amorosa con tu jefa fueron en vano, sin embargo, luego de contarle tu historia del baño, de la lluvia, la rueda pinchada, tu orinada pública, la vieja que no sabes si te vió y del charco de agua... Tu jefa te dice: “Pero como te tengo loco... Ehhh. Acabemos con el histeriquéo y demos rienda suelta a nuestros deseos más oscuros” te avanza, te acaricia, te besa. Promesas, te quiero, te quise, te querré. Asciende la temperatura, ahí están los dos,listos para ingresar a territorios pasionales, pero en el momento que se desabrocha su bretel para entregarse integramente a vos...Te despertás todo meado y con una foto de la Sarli bajo el brazo.

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